viernes, 22 de mayo de 2015

Capítulo 12

El coche de policía se detuvo ante la casa. Las brillantes luces iluminaron toda la calle inquietando mas a Lara.


Y cuando un alto policía entró en la casa, ella empezó a temblar y casi a comerse las uñas por el nerviosismo.


Mientras el hombre avanzaba hacia ella serio, Lara se sentía perdida, cada vez mas. Jamás había tenido nada que ver con la justicia, policías ni nada por el estilo.


Buenas noches señorita, va a tener usted que acompañarme, - le dijo el policía parapetado tras sus gafas oscuras.


- Perdone pero yo no he hecho nada, fue un amigo y se ha largado, - se excusó Lara.

- Esa historia está muy vista ¿no cree?


- Pero es que es cierto.
- Mire señorita, la puerta ha sido abierta con mucha habilidad, faltan cosas que han sido sustraídas, y usted no está precisamente en su casa ¿verdad?
- No, claro que no.


- Pues entonces tiene que acompañarme, ¿le ha quedado claro?
- El culpable es el chico que venía conmigo, se llama Germán y el robó todo lo que falta, no yo.


- Le he dicho que tiene usted que venir conmigo a comisaría ahora mismo, - insistió el policía.


- ¿Es que no se entera usted de nada? Yo no fui, fue un amigo... bueno, un conocido mío. Tiene un Audi S5 color rojo.


Lara trataba de explicarle al policía lo que había pasado cuando la puerta se abrió de repente y entró Kalean. El corazón de Lara comenzó a latir tan fuerte que casi se le quería salir.


- Buenas noches agente, perdón por interrumpir, - dijo Kalean con su varonil voz, - pero es que yo andaba por aquí y lo he visto todo.


Lara no podía creer lo que oía; ¿Kalean estaba por allí? ¿iba a librarla de aquel problemón en que la había metido Germán?


- Dígame, ¿que es lo que ha visto usted? - dijo el policía.
- Esta joven vino con un chaval, el abrió la puerta y el mismo fue el que metió en su coche una televisión de plasma y un ordenador.


- ¿Y quien me dice a mi que no es usted su cómplice y me está mintiendo para librarla de todo esto e irse con los objetos robados? - dudó el policía.


- Si quiere le puedo dar mas datos agente, el chico es castaño, viste unos vaqueros negros y una camisa a cuadros roja y negra. Llevaba guantes negros, ya sabe, para no dejar huellas, y se ha ido en un Audi S5 rojo. Y estoy seguro de que, aparte de la televisión y el ordenador, llevaba dinerito en el bolsillo.
- ¡Es verdad! - dijo Lara preguntándose como podía saberlo el, - lo cogió del cajón de la cómoda. Yo le decía que no cogiera nada y que nos fuéramos, pero el no me hizo caso. En cuanto oyó la sirena de su coche, se largó...
- Y yo lo vi de irse, - corroboró Kalean.


- Está bien, ha quedado claro que no son ustedes culpables. Trataremos de pillar a ese tal Germán. Buenas noches.


Lara y Kalean salieron de la casa. Por un lado ella sentía un alivio inmenso, pero por otro, su corazón saltaba dentro de su pecho. Al llegar a la acera, ambos se detuvieron y se miraron en silencio durante unos momentos.


- ¿Sigues teniendo miedo de mi Lara? No me gustaría que salieras corriendo... otra vez, - le dijo el.


- Ahora mismo lo último que siento es miedo Kalean, bueno, en realidad si, miedo de... no volverte a ver, - dijo emocionada, - pero ahora tu has aparecido y me has librado de este marrón en que Germán me había metido.


Y entonces, siguiendo el impulso de sus mas recónditos deseos, lo abrazó fuertemente.
- Gracias Kalean, gracias de todo corazón. Gracias por haber aparecido. No quería perderte...


- ¿Y crees que me vas a perder preciosa mía? Yo siempre cuidaré de ti y estaré cerca, te lo prometo.


- Me alegro de haber estado pendiente y haber llegado para librarte de todo esto.


- Estaba muy asustada. Yo jamás he robado nada a nadie. Has... estado magnífico con el policía.


- ¿Recuerdas que te advertí contra ese chico? ¿lo recuerdas? - le dijo serio.


- Si Kalean, tienes toda la razón. ¿Sabes las de veces que me he lamentado? Esta noche recordé tus consejos mas que nunca, así que prometo... hacerte caso en el futuro.


- Me alegro que digas eso. Y espero que no huyas mas de mi.


- Jamás Kalean.
- Estás preciosa ¿sabes?
Ella se ruborizó escandalosamente.
- Tu si que eres guapo. Te he echado mucho de menos Kalean.
- Y yo a ti... Anda vamos, te acompañaré a casa.  


Continuará

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