martes, 12 de mayo de 2015

Capítulo 8

Marcos aprovechó el momento en que Lara no estaba para poder hablar con sus padres; las cosas no podían quedarse así.


- Hola cariño, - le dijo Emma, su madre, - ¿como estás?

- Pues... fastidiado. ¿Podemos hablar?


- Por supuesto. ¿Ha pasado algo?


- Es la niñata esta...
- ¿Lara?
- Si, ¿quien si no? Me ha dicho que ya no va a hacerme la cama, ni recoger ni lavar mi ropa... ¡nada!


Emma se dio cuenta de que, si Lara le había dicho eso a Marcos, era porque se había enterado o había visto algo comprometedor, en definitiva tenía información, y esa información era poder para chantajearlos y en conclusión, hacer lo que le daba la gana, y eso no podía continuar así.


Mientras Marcos contaba lo que Lara le había dicho, Sam, el padre, se acercó a ellos.


De modo que después se chantajearlo a el, ahora amenazaba a Marcos con no hacer nada.


Esto no podía continuar así, se les estaba yendo de las manos.


¡Maldita Lara...! Estaba claro que se habían descuidado con ella, y la niñata, como la llamaba Marcos, había aprovechado la coyuntura.


- Esta situación no la voy a soportar mamá, - seguía diciendo Marcos, - ¿quién se cree que es?


- Si, tienes razón, - acordó Emma, - he de reconocer que... a mi también me ha chantajeado.
- Y a mi, - confesó Sam fastidiado.


- Por eso he pensado que tenemos que hacer algo, - añadió.
- Si, ¿pero el qué? - preguntó Emma.


- Dejadme a mi que ya tengo un plan, - dijo Marcos con rabia, - esa niñata de mierda se arrepentirá de haberme desafiado, y con un poco de suerte, nos la quitaremos de encima una temporada.


Laura, una compañera de clase, invitó a su casa a Lara. Salieron juntas del colegio y se fueron para allá.


Pero en cuanto llegó vio que su amiga tenía visita y se puso a atenderlos, así que se tuvo que ir. Ninguna compañera era como su amiga Elena, ella era la mejor.


De camino a casa pasó junto a un parque. Como no le apetecía encerrarse tan pronto en casa, decidió quedarse un rato.


Entonces sacó los deberes. Por lo menos aprovecharía el tiempo.


Lara se sentó en el césped y comenzó con Lengua.


Pero estaba claro que la gramática no era lo suyo. Donde estuvieran unas buenas matemáticas...


Mientras Lara seguía intentando hacer los deberes de Lengua, alguien se le acercó por detrás.


- ¿Tienes problemas con la gramática? - le preguntó un chico.
- ¿Se nota mucho?


- Bastante. Soy Germán. Encantado.
- Yo... me llamo Lara.


- Es que no he podido evitar ver que tenías problemas con la Lengua.


- Si, siempre me cuesta un montón, no puedo evitarlo.


- Eres mas de ciencias por lo que veo.
- Si, desde siempre. Si estos deberes fueran de matemáticas, no habría problema.


- A mi me pasa al revés, soy de letras, así que si quieres te puedo ayudar. ¿Hacemos los deberes juntos?


- Vale, - respondió entusiasmada. Por fin alguien que le iba a echar una mano.


Los dos se sentaron en el césped del parque y se pusieron a hacer los deberes.


- ¿Ves como no ha sido tan difícil? - le dijo Germán al terminar.
- Con tu ayuda ha estado mejor. Gracias.
- ¿Te quedas un rato conmigo aquí?
Lara pensó que cualquier plan era mejor que estar en casa viéndoles el careto a sus padres y a Marcos.
- Vale.


Momentos después se montaban en un columpio.


- Germán, gracias por tu ayuda, me ha servido mucho, en serio, - le dijo agradecida.


- Ya me habías dado las gracias. No tiene importancia.


- ¿Por qué no quedamos tu y yo un día para salir? - le dijo Germán.


- ¿Salir tu y yo? - dijo Lara, y a continuación pensó: ¿en serio estoy ligando?


- Si, si quieres podemos vernos este viernes que viene, ¿te parece?
- Bueno, vale.


- Quedamos aquí a las once, ¿te parece bien?
- De acuerdo. Aquí estaré.


Momentos después y casi sin salir de su asombro, Lara vio a Germán coger su coche, nada mas y nada menos que un Audi S5, el cual arrancó con un sonido espectacular y se perdió raudo por la calle.


Menudo chico y vaya coche, - pensó mientras echaba a andar camino a casa, - debía de ser rico o algo así.
Pero entonces, al mirar al frente, se dio cuenta de que alguien la esperaba en el camino...


Continuará

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