- Hola, buenas noches Lara, - la saludó el con su voz varonil.
- Hola, ¿Que haces aquí? No te esperaba.
- He visto que estabas con alguien, que incluso quedabas con el.
- Es Germán, un chico muy amable que me ha ayudado con los deberes. ¿Por qué lo preguntas?
Ambos quedaron mirándose el uno al otro; los ojos de Kalean traspasaban, y Lara sentía que aún su corazón latía mas rápido cuando lo veía.
Y entonces de repente el la
abrazó fuertemente contra sí.
- No te alejes de mi, Lara, -
murmuró en su oído con voz ronca.
- ¿Por qué dices eso?
- Porque se que vas a
hacerlo. No me gusta ese chico.
- No es trigo limpio Lara, y
no quiero que salgas ni quedes con el.
- ¿Pero por qué te metes en
mis cosas? ¿a qué viene esto?
- ¿Es que no te fías de mi? Debes hacer caso de lo
que te digo Lara, por favor.
Al hablar Kalean, Lara se dio cuenta de algo
extraño; ¿por qué tenía aquellos colmillos tan largos? No era normal.
- ¿Quien eres tu Kalean? Tu
boca... tus colmillos, no son como los de todo el mundo.
El inclinó la cabeza para
ocultar su mirada, pero ya era demasiado tarde. Ella se había dado cuenta.
Al alzar la cabeza, Lara vio
sus ojos encendidos como el fuego. Sus colmillos, largos y afilados, eran
imposibles de ocultar.
- Lara yo... yo soy un
vampiro.
- Soy una criatura de la noche, el sol me hace
daño, y me alimento de... sangre humana.
¿Un vampiro? Cielos, ¿pero de que hablaba este
hombre? Estaba pirado ¿no?
Debía ser eso, porque la idea de que los vampiros
existiesen y de que Kalean, aquel hombre misterioso y atrayente, fuera uno de
ellos y encima lo tuviera delante, le aterraba.
Pero el caso es que allí
estaba; sus ojos azules se habían convertido en hogueras ardientes en cuestión
de segundos, y tras aquellos sensuales labios se escondían un par de largos y
temibles colmillos.
- Lara, sabes que no estoy
loco ni te estoy mintiendo, lo sabes, - le dijo el como si leyera sus
pensamientos.
Entonces ella comenzó a angustiarse con la
posibilidad de que, efectivamente le estuviera diciendo la verdad. ¿Quien era
Kalean? ¿a quien había abrazado hacía un momento? ¿quien hacía palpitar su
corazón?
- Dime que no vas a salir con
ese chico Lara, dímelo, prométemelo, - le pidió el con voz profunda.
- Yo... no estoy segura de
quien o qué eres Kalean. Además, ya estoy cansada de que me digan lo que tengo
que hacer.
- Lara... no me desafíes. No
quiero que veas a ese chico, no me gusta, no es bueno. No... no quiero que
estés con nadie...
Ella, algo asustada e
impresionada, se quedó en silencio.
- Vamos Lara, no te asustes
de mi, no voy a hacerte daño. Ven conmigo, confía en mi, preciosa, - Kalean le
tendió una mano mientras le sonreía enigmático.
El era un vampiro, - pensó
Lara, - lo era, no era ninguna invención. ¿Y donde se la quería llevar? ¿A
morderla tal vez?
Aquel pensamiento la sobrepasó, así que, sin pensar
en nada mas, echó a correr lejos de el.
Pero mientras corría de camino a casa, se dio
cuenta de que su corazón se había quedado atrás...
Continuará
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