domingo, 7 de junio de 2015

Capítulo 20

Lara, tendida sobre la alfombra, frente a la chimenea encendida, y con su cabeza descansando en el regazo de Kalean, suspiró ya mas relajada. Los dos se miraban en silencio, hablaban un lenguaje mudo y oculto con el que se decían muchas cosas y casi no necesitaban palabras.


- No sabes lo feliz que soy de tenerte aquí, - le dijo el con voz cálida.


- Me parece mentira que ya haya pasado toda esa pesadilla. Pensé que mi vida acabaría allí.

- El vínculo de sangre que nos une me "avisó" de que tu estabas en peligro cariño. Jamás te habría dejado morir allí. Ven, vamos a sentarnos. Tengo que contarte algunas cosas.


- Dime.
- Hace años, una noche en que iba buscando a alguien de quien alimentarme, vi a una mujer y la seguí. Entonces me di cuenta de que entraba en un viejo parque y abandonaba a un bebé. La mujer era tu madre, y el bebé eras tu, Lara.
- ¿En serio?


- Si. Tu madre se largó corriendo y yo pensé dejarte allí. Aquel no era mi problema, pero cuando te vi... me fue imposible abandonarte allí, sola en medio de la noche.
- ¿Y que hiciste? - quiso saber ella.
- Te cogí en brazos y, guiándome por mi olfato, seguí a tu madre. Entonces te dejé en la puerta de la casa, llamé al timbre, y ellos no tuvieron mas remedio que hacerse cargo de ti.


- Kalean, gracias por lo que hiciste. No... no tenía ni idea de que mi... madre o quien fuera se quería deshacer de mi ya desde la infancia, - dijo triste, - menos mal que estabas tu allí.


- Durante todos estos años he averiguado cosas sobre la que tu creías tu familia, - comenzó a explicar el, - para empezar fuiste adoptada por la hermana de Emma, la que tu creíste siempre tu madre. Pero esa mujer tuvo un trágico accidente y murió. Entonces te dejó en manos de su hermana para que ella te criara como una hija.


- Pero ella no me quería, - dijo Lara, - ni su marido ni su hijo, ¿verdad Kalean?


- No. Ellos intentaron abandonarte aquella noche, pero como yo intervine y te regresé a casa, no tuvieron mas remedio que cargar contigo.


- ¿Por que te crees que te tenían esclava en casa, haciendo que te encargaras de todas las tareas?
- Supongo que para sacar algún provecho de mi.


- Si, ellos eran una familia muy peculiar, muy liberada. Tu padre tenía un amante y se acostaba con el, ella era una furcia en el Red Rose, y tu supuesto hermano era un sinvergüenza que tenía amistades no recomendables, por eso, cuando tu te enteraste de todos sus secretos, comenzaron a idear planes para que te largaras y quitarte de en medio.
- ¿Como sabes tu todo eso Kalean?
- Aparte de mis averiguaciones puedo leer la mente cariño, no lo olvides.


- El primero en idear algo contra ti fue tu hermano, - continuó relatando el.
- ¿Mi hermano? - se extrañó ella.
- Si Lara, ese chico con el que saliste varias veces y que te llevó a robar a una casa, es amigo de tu hermano Marcos. La idea era que la policía te pillara a ti y te culparan del robo. Entonces te habrían llevado a un centro de menores, pero como sabes, yo te libré de aquello. Y luego fue la asquerosa de tu supuesta madre, que hizo que su amiga te llevara al Red Rose para que te quedaras allí prostituyéndote por lo siglos de los siglos. Y para terminar de rematar la cosa, tu padre quería que te murieras, que te quemaras viva en aquella casucha. Son unos hijos de puta, jamás he conocido a gente tan mala y rastrera como ellos.


- Oh Kalean, casi no puedo creer que ellos hicieran... todo eso. ¿Y por qué?


- Tu no eras su hija, no te querían, y ya que estabas en su casa, para ellos lo mínimo era tenerte como una criada.


- No sabes lo que me alegró poder fastidiarles todos los planes.


- Kalean, jamás podré agradecerte suficiente todo lo que has hecho por mi. Eres... como mi ángel.


- Tu ángel de la noche, - añadió el, - no te olvides de lo que soy.


- Eres mi amor y te quiero, lo eres todo para mi, lo demás no importa...
Entonces se besaron dulcemente.


Pero instantes después sus bocas se fundían en una.


- Te quiero Lara, creo que de alguna forma me enamoré de ti aquella noche, cuando por primera vez te vi hecha un bebé y te estreché entre mis brazos.


- Desde entonces jamás te he perdido de vista ¿sabes? Siempre... cuidé de ti desde lejos.
- Eres lo más bonito que existe Kalean, no hay nadie como tu.


- Tu si que eres preciosa mi vida, - dijo acariciando su mejilla.


Entonces el de repente se arrodilló.
- ¿Que haces Kalean? - se extrañó ella.


Pero por toda respuesta el sacó una cajita con un precioso anillo de oro con un diamante. Lara sorprendida y maravillada, se llevó las manos a la boca.


- Lara, te amo con todo mi corazón, ¿quieres ser mi esposa? Para mi esa sería la mayor gloria a la que puedo aspirar.


- Oh Dios... no me lo puedo creer, no... me lo esperaba... - dijo nerviosa.


- Toma cariño, ¿me aceptas y te lo pones? - sonrió el.


- Por supuesto. Oh, que bonito es.


- Gracias Kalean, jamás pensé que se podría ser tan feliz como tu me has hecho.


- Tu eres la que me ha hecho feliz entregándote a mi, aceptándome como esposo.


- Oh Kalean te amo, te adoro mi vida. No me dejes nunca por favor. Ya no se vivir sin ti.


- Yo tampoco y lo sabes. Te quiero preciosa mía, te adoro y siempre te amaré.
  

Fin


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